También fuimos a las ruinas de los Quilmes!
Salimos a hacer dedo y nos levantaron enseguida... pero sólo por 8 de los 20 km.
Intentamos hacer dedo de nuevo, pero nadie nos levantó. El resto de los kilómetros los hicimos caminamos al rayo del sol del mediodía!

El paisaje es muy lindo y nos distrajo del cansancio y el calor.
Llegamos muy cansados, deshidratados y con mucho calor. Y todavía nos faltaba recorrer las ruinas. Están el la ladera de una montaña, rodeadas por dos brazos. Todo se hace caminando y todo está en subida! Pero, de nuevo, el paisaje es inspirador. Estando ahí, se puede imaginar lo que sería vivir en ese lugar. 5000 nativos fueron capturados y llevados a Quilmes dejando atrás las ruinas de su civilización de las cuales sólo un 10% está desenterrado. Es como un laberinto de paredes de piedra con barro. Lo más llamativo es que parado en una punta del lugar y hablanbdo con un tono normal, se puede escuchar lo que se dice desde el otro lado! La vista abarca todo el valle y como no hay una vegetación abundante y es muy seco, se puede ver el polvo de alguienb moviéndose por el lugar. Era imposible atacarlos por sorpresa! Los conquistaron cortándole el suministro de agua que baja de la montaña.

Terminamos con el cuerpo cansado, la piel quemada por el sol, los ojos irritados por la tierra y el sol, mugre por donde se mire, pero también más libres y felices!
Por suerte volvimos a dedo hasta la ruta donde nos tomamos un colectivo hasta Amaicha.
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