viernes, 11 de junio de 2010

Iruya y San Isidro

De Tilcara nos tomamos dos colectivos hasta Iruya, Tilcara – Humahuaca y Humahuaca – Iruya. El viaje fue lento pero, paradójicamente, con adrenalina! El camino es de ripio y de cornisa. Los 1114 en los cuales se llega están bastante destartalados, pero los choferes compensan con experiencia. El paisaje en invierno es muy árido y en tonos de marrones. Cada tanto aparece un caserío para cortar la monotonía del paisaje, pero no del color. Todas, o casi todas las construcciones son de adobe y piedra.

Iruya es un pueblo chico que queda en medio de la montaña. Y por esta misma razón el pueblo está en pendiente. Para nuestro entrenamiento (y no porque era lo más barato que conseguimos) nos quedamos en el hospedaje de Clarisa, que queda en l aparte alta del pueblo. Tuvimos que caminar 300 metros por una calle de piedra con una pendiente de 60 grados aprox y con las mochilas y el carrito! Tres veces tuvimos que parar a descansar.







Las construcciones también son de materiales sacados de la naturaleza, aunque se nota que el turismo está haciendo efecto: ya hay construcciones más modernas que desentonan y afean el lugar. Igualmente no pueden opacar lo majestuoso de las montañas, los colores, las nubes y la gente.


Vimos un torneo de fútbol. Entrenado hay que estar para correr a esa altura! San Isidro contra Iruya: Empate 1 a 1. Mucho pelotazo, mucha patada, poco fútbol.

El segundo día, decidimos ir a San Isidro. Si Iruya parece un pueblo en medio de la nada, San Isidro lo supera. Para llegar hay que caminar por un sendero hasta la desembocadura del río homónimo en el río Iruya. Desde ahí hay que subir por el lecho, río arriba. No es muy difícil, pero la pendiente es constante y como son de 2 a 3 hs de caminata es cansador. El lecho baja por un valle, pero al llegar al pueblo el valle se transforma en un cañón. El pueblo está arriba por ende para llegar hay que subir por una escalera de piedra bastante alta.
El pueblo en sí es muy pintoresco. Calles angostas, con piso y paredes de piedra. Parece un laberinto, con caminitos que suben y bajan sin orden alguno. No debió ser nada fácil construir en la montaña. Las casas están ubicadas donde se puede, no donde se quiere. Y se pueden ver algunas más arriba en la montaña, bastante lejos para subir y bajar todos los días. Lo más llamativo igualmente es la gente. Físicamente son muy diferentes. Particularmente, los ojos y la mirada fue lo que más me llama la atención. Tienen una capa acuosa brillante que les da una mirada de locos. Además, cuando te acercas ellos reculan. Nos dijeron que son muy tímidos y vergonzosos pero llega un punto que parecen hostiles. Sólo parecen, si te quedás unos días en el lugar te tratan muy bien.

martes, 8 de junio de 2010

Tilcara


En Tilcara, nos quedamos con Flor y Jorge, una noche en un hostel, Burrito Hostel, muy buena onda los dueños. Pero eso no pudo superar las dos noches que pasamos en lo de Tato, un conocido de Jorge y Flor.

Tato vive en una hermosa casita cruzando el río. No tiene electricidad, así que la cena fue a al luz de la vela... muy romántico!!!! De todas formas la luz de la luna entraba por los ventanales de la casa.


(vista de Tilcara desde lo de Tato)



La segunda noche en lo de Tato la pasamos sólos, porque los chicos se fueron con los de la Kombi que conocimos en Salta. Tato nos hospedó igual y con la mejor onda. El empezó su viaje hace un año y medio, también se dedica a las artesanías.



Gracias Tato!!!!!

Nos quedamos solos... Por primera vez desde que salimos!

Las noches de luna llena en Tilcara son algo mágico.

Salta

En salta, la linda, pasamos nuestra primera noche en un hostel (para cambiar un poco, hasta ahora había sido todo camping, salvo Tucumán). El resto de las noches, que fueron 4, las pasamos en lo de Nuria, una conocida de un amigo de los chicos que viajan con nosotros. Dormimos en su casa, los cuatro (Jorge, Flor, Mechi y yo) en bolsas de dormir tirados en el piso de su living-comedor-cocina. Nunca mejor aplicado el dicho "la casa es chica pero el corazón es grande". Ella y su hijito nos hicieron sentir como en nuestra casa.

Desde el viernes a la noche hasta el martes a la noche pudimos entrar a una feria de artesanos! Vendimos bien, no lo que esperabamos, pero igualmente bien, pero mejor aún fue la buena onda de la gente. Si necesitabamos algo, siempre había alguien para darnos una mano. Y viceversa. Fue un poco cansador, empezabamos a las 10 y terminabamos tipo 22:30, pero muy enriquecedor.

Además, empezamos siendo cuatro en nuestro puestito, pero de a poco se fue sumando más gente. Una pareja de Pergamino (Flor y Jorge vivieron ahí); una pareja de Bariloche con sus dos hijos, que van viajando en Kombi (la volkswagen hippie) que los chicos conocieron a través de un foro de "kombinautas"; Julie, una chica belga que conocimos en el hostel puso su puesto de artesanías al lado del nuestro; y Pu y Chor con quienes veníamos viajando pero que nos separamos depués de Cafayate.


Primer día:

Último día:





domingo, 6 de junio de 2010

Cafayate

Cafayate: Muy lindo lugar, rodeado de viñedos. Esta en medio de un valle, rodeado de montañas. El día que llegamos hizo calor (porque soplaba el zonda) pero después: terrible fresco! De noche ni hablar. El tercer día amanecimos con los cerros cercanos nevados! Y el viento viene de ese lado...


Debutamos con las artesanías. Bastante mal! En la plaza del centro del pueblo no pasó nada... temporada bajísima, recién en Julio empieza la venta. Acá les dejamos algunas fotos de nuestras creaciones.


En "El Anfiteatro". Lugar que queda a 48 Km del pueblo. Es una de las tantas grandes obras de la naturaleza. En medio de una montaña se abre un pasillo con paredes de muchos metros de altura (70 nos dijeron hoy, pero parecen más) que desemboca en un lugar donde había una cascada (seca ahora) que tiene una acústica sorprendente.
De a poco empezaron a caer los artesanos y más tarde y cada tanto las excursiones con turistas. No pasaron muchas, pero nos alcanzó. Hicimos nuestra primer venta! (una pulsera que hizo Mechi, la de la tercer foto de pulseras, hecha con retazos)



Una noche salimos a comer a una peña a cielo abierto. Sacamos fotos, se nota?


Amaicha - Los Zazos - Ruinas de los Quilmes

Amaicha del Valle es un pueblito de 5000 habitantes donde hay sol 360 días al año, esta a 1997 msnm. A la noche se puede ver un cielo lleno de estrellas, la vía láctea se ve perfecta. De día hace un poco de calor al solcito, pero refresca bastante (bastante) cuando cae. La gente en muy servicial y no hay que preocuparse por nada, no te roban ni te molesta nadie. Es extremadamente tranquilo! Estamos en un camping desde que llegamos y nos pasamos el día haciendo artesanías cuando no nos vamos de excursión a algún lado. Hace unos días fuimos a un dique y a una cascada en Los Zazos (pueblito a 10 km). Tranquilo, pero puede sorprenderte...


También fuimos a las ruinas de los Quilmes!
Salimos a hacer dedo y nos levantaron enseguida... pero sólo por 8 de los 20 km.


Intentamos hacer dedo de nuevo, pero nadie nos levantó. El resto de los kilómetros los hicimos caminamos al rayo del sol del mediodía!


El paisaje es muy lindo y nos distrajo del cansancio y el calor.



Llegamos muy cansados, deshidratados y con mucho calor. Y todavía nos faltaba recorrer las ruinas. Están el la ladera de una montaña, rodeadas por dos brazos. Todo se hace caminando y todo está en subida! Pero, de nuevo, el paisaje es inspirador. Estando ahí, se puede imaginar lo que sería vivir en ese lugar. 5000 nativos fueron capturados y llevados a Quilmes dejando atrás las ruinas de su civilización de las cuales sólo un 10% está desenterrado. Es como un laberinto de paredes de piedra con barro. Lo más llamativo es que parado en una punta del lugar y hablanbdo con un tono normal, se puede escuchar lo que se dice desde el otro lado! La vista abarca todo el valle y como no hay una vegetación abundante y es muy seco, se puede ver el polvo de alguienb moviéndose por el lugar. Era imposible atacarlos por sorpresa! Los conquistaron cortándole el suministro de agua que baja de la montaña.


Terminamos con el cuerpo cansado, la piel quemada por el sol, los ojos irritados por la tierra y el sol, mugre por donde se mire, pero también más libres y felices!
Por suerte volvimos a dedo hasta la ruta donde nos tomamos un colectivo hasta Amaicha.

Habría ocurrido un choque...

A más de un mes del hecho, he aquí las evidencias.

Empezamos el viaje! Y lo empezamos de una forma excelente: perdimos el tren!! Nos tuvimos que ir hasta Rosario para alcanzarlo.
Todo venía muy bien hasta 20 minutos antes de llegar a destino. De golpe, el tren frenó bruscamente... Nos chocamos un camión!
Nadie se lastimó, pero supongo que el camionero se asustó un poquito...



Estuvimos parados por alrededor de 5 horas hasta que con otra locomotora movieron el acoplado del camión de las vías. Lo malo fue no poder bajar de la formación. Pero en todo lo malo hay algo bueno y... viceversa: cansados de nuestro vagón, emprendimos una aventura por los otros. Y en el primero que visitamos encontramos una guitarreada y charangueda. Obviamente ahí murió la expedición. Nos pusimos a charlar y nos enteramos que dos parejas más estan haciendo el mismo viaje que nosotros! Pasamos las últimas tres horas antes de que muevan el camión conociéndonos entre todos. Muy lindo conocer gente que disfrute de lo mismo y tenga el mismo espíritu.


Arriba: Pu y Jorge. Abajo: Chor y Flor. También Mechi y yo, pero ya nos conocen.
Cuatro chicos increíbles que nos acompañarían en nuestro recorrido por el norte.

Finalmente llegamos a la estación de Tucumán. Un ratito más tarde nos pasó a buscar Fernando, un tipo excelente. Sin conocernos siquiera nos dejó las llaves de su depto! Gracias Fer!